viernes, 7 de mayo de 2010

El Astigmatismo

El astigmatismo es un defecto de la visión debido a la curvatura irregular de la superficie de refracción del ojo, por la que los rayos de luz paralelos que inciden en el ojo no se refractan igual en todos sus meridianos. La responsable más habitual de este defecto es la córnea.

El término "astigmatismo", del griego ἀ-/ἀν- (a = no) + στίγμα (stigma = punto) + -ismos (proceso patológico), fue acuñado en 1849 por sugerencia de Whewell a Airy, por no converger los rayos luminosos en un punto de la retina. Otros autores posteriores sugirieron otros términos que no prosperaron, como el "astigmism" de James Dixon en 1866 o el "astigmia" de Swan Moses Burnett en 1887. 

Respecto a la evolución histórica de este defecto, no existen reseñas en las antiguas Grecia y Roma, ni en la Edad Media, y habrá que esperar a los siglos XVII y XVIII para que diversos personajes fijen los primeros fundamentos físicos y matemáticos del astigmatismo, antes de su reconocimiento explícito en 1800 por Tomas Young, cuando éste hace la primera referencia explícita del astigmatismo en su obra On the Mechanism of the Eye. Young construyó el óptómetro para observar su propio ojo, comprobando que la imagen de una línea se cruzaba a diferente distancia si colocaba el instrumento en el plano vertical o el horizontal, y que los rayos verticales procedentes de un objeto se enfocaban en la retina a 10 pulgadas de la córnea y los horizontales a 7 pulgadas. Consideró que esto se debía a una oblicuidad de la úvea o una inclinación del cristalino. Para corregir el defecto adoptó lo afirmado por William Cary de inclinar el cristal de las gafas.

El prestigio de Young y el hecho poco frecuente de que su astigmatismo no fuera corneal supuso un retraso en su reconocimiento como un defecto localizado principalmente en la córnea, y que otros autores contemporáneos más acertados se situaran en segundo plano, como E. G. Fisher, autor del primer testimonio en que se designa a la córnea como causante principal del astigmatismo. Tampoco tuvo eco Gerson Hartog, a pesar de escribir el primer estudio fisiológico detallado sobre la anomalía, y de encontrar que en la córnea elíptica el radio vertical es menor que el horizontal. Además usó como test de detección del astigmatismo una tarjeta rectangular y series de líneas horizontales y verticales.

En 1804, el inglés Wollaston patenta una lente "periscópica" para permitir la visión central y también en la periferia al eliminar el astigmatismo por incidencia oblicua, realizando el primer intento serio de mejorar el diseño de las lentes de las gafas.

En 1818, David Brewster describe los efectos ópticos subjetivos del astigmatismo, aunque atribuirá su causa a la secreción lagrimal que lubrica la córnea. En 1837 acepta el papel de la córnea o del cristalino en el astigmatismo, y para diferenciarlo sugiere examinar la imagen reflejada de una bujía sobre aquella, lo que permite apreciar si es circular (la causa es el cristalino) u ovalada.

En 1819, Purkinje introduce dos figuras que aún se usan para la determinación subjetiva del astigmatismo: los círculos concéntricos y la estrella. En 1838, el francés Sanson emplea por primera vez dichas imágenes con fines diagnósticos. Por tanto, a las mismas se las identifica con el nombre de "imágenes de Punkinje-Sanson".

En 1825, el inglés George Biddell Airy realiza la primera corrección de astigmatismo, desconociendo los trabajos de Young. Siendo estudiante en el Trinity College, notó que su ojo izquierdo era inútil al mirar un objeto próximo. Suponiendo que el problema era la falta de uso, intentó usarlo más ocluyendo su ojo derecho, sin éxito. Observó que, inclinando oblicuamente el cristal de sus gafas o mirando el objeto en un punto cerca del borde, podía percibirlo más claramente. También observó que la imagen formada por un punto brillante no era circular sino elíptica "formando su eje mayor un ángulo de 35º con el vertical y su mayor extremidad inclinada a la derecha". Apreció que a 6 pulgadas (16 cms) un punto aparecía como una línea bien definida, inclinada unos 35º sobre la vertical y a 3 1/2 pulgadas (9 cms) se apreciaba una línea nítida, formando un ángulo recto con la primera y de la misma longitud. Y afirmó que esto podía corregirse haciendo una lente en que los rayos incidentes paralelos produjeran la divergencia en un plano desde una distancia de 3 1/2 pulgadas y en el plano perpendicular desde 6 pulgadas. Para elaborar la lente esfero-cilíndrica empleó un cristal con un índice de refracción de 1,53 y un radio de curvatura de 3,18 pulgadas y 4,45 pulgadas, para las superficies esféricas y cilíndrica respectivamente, equivalente a un poder dióptrico de 6,25 D y 4,62 D aproximadamente. Los datos del astigmatismo de Airy en pulgadas supondrían un valor de entre 4-4,5 dioptrías.

En 1846, el óptico Simms fabricó lentes esfero-cilíndricas de forma regular para gafas con diferentes potencias. Esos primeros cristales se cortaban de forma redonda para insertarlos en monturas circulares de forma que permitieran su rotación hasta encontrar el eje apropiado.

En 1827, Hawkins y Herschel señalan a la córnea como causante del astigmatismo. El primero destaca la utilidad del optómetro para detectar el astigmatismo, pero sugiere emplear, como sustituto pobre de éste, un libro de música (precedente del moderno test "fan and block"). Aconseja taparse un ojo, desplazar el libro situado horizontalmente de delante atrás hasta ver las líneas enfocadas, y medir la distancia con una regla. Realizar la misma operación con el libro verticalmente. Por su parte Herschel describe el astigmatismo como una alteración en la morfología de la córnea que presenta diferente curvatura en el plano vertical y horizontal, y propone varios métodos para corregir el astigmatismo irregular, como adaptar una lente al ojo con su cara interna reproduciendo la superficie corneal irregular (intaglio facsímile), a partir de un molde, manteniendo la cara externa esférica.

En 1829, Henry Coddington publica las primeras ecuaciones matemáticas aplicadas al astigmatismo en A Tratise on the Reflexion and Refraction of Ligth.

En 1832, Krause determina las dimensiones exactas en forma y tamaño del ojo humano, incluyendo el grosor de la córnea y del cristalino y su poder refractivo.

En 1846, el irlandés Henry Goode refiere la corrección de su propio astigmatismo y el de otros individuos empleando cristales cilíndricos del óptico francés M. N. J. Chamblant.

En 1849, Gabriel Stokes desarrolla un método simple para determinar el grado de astigmatismo, la lente astigmática o "lente de Strokes", un cilindro variable consistente en la combinación de dos cristales plano-cilindricos positivos (convexos) y negativos (cóncavos) de igual potencia, dispuestos para poder rotar en iguales y opuestas direcciones. Esta lente es la base de las lentes diseñadas posteriormente para estimar el grado de astigmatismo.

Entre 1847 y 1850, el inglés Cooper señala que en algunos ojos, debido a la peculiaridad en la forma de los medios refringentes o a la sensibilidad de la retina, puede mejorarse la visión con cristales inclinándolos o sosteniéndolos oblicuamente, siendo evidente en algunos pacientes miopes.

En 1852, Goulier presenta un informe sobre el astigmatismo que incluía una ilustración consistente en una serie de líneas horizontales y verticales, que usaba en su detección, que constituye uno de los primeros test conocidos. La tabla estaba diseñada para detectar no solo los meridianos horizontal y vertical sino los oblicuos. Señalaba además la posibilidad de su corrección mediante vidrios cilíndricos. En 1886, hace referencia por vez primera al biastigmatismo.

En 1854, el francés Vallée, considera al astigmatismo un defecto muy frecuente y aconseja los cristales cilíndricos para su corrección. Publica una teoría sobre lentes bicilíndricas con ejes cruzados perpendicularmente, la forma de prescribirlos y la fórmula para el cálculo de su equivalente esferocilíndrico.

En 1862, Herman Snellen propone la más conocida pantalla de optotipos, a la que incorpora el disco radial para detectar el astigmatismo y que se mantiene aún vigente. Aporta la definición de astigmatismo "según la regla" y "en contra de la regla". Este mismo año, el francés Giraud-Teulon presenta unos optotipos análogos, constituidos por letras que forman una palabra completa.

En 1867, John Green incluye en Detection and measurements of astigmatism tres ilustraciones de sus discos de astigmatismo, uno de los cuales está formado por un punto central y 60 líneas radiales. Los test de Green son el modelo de los modernos discos astigmáticos.

En 1864, el holandés F. C. Donders edita en inglés su clásico On the Anomalies of Accommodation and Refraction of the Eye, en que se aclaran los conceptos confusos de los defectos de refracción y del astigmatismo, estableciendo la forma de corregirlo con lentes cilíndricas. Enfatiza que la disminución de agudeza visual es el síntoma más importante del astigmatismo.

En 1866 Albrecht Nagel, y Dubrowski en 1868, discuten el papel de la acomodación en el astigmatismo, y admiten la existencia de contracciones del músculo ciliar que provocan un astigmatismo en el cristalino capaz de neutralizar el corneal.

En 1882, Emile de Berger incorpora en el examen de la refracción para detectar el astigmatismo la figura estrellada de Green.

En 1886, Laval y Roure mencionan la existencia de varios casos de astigmatismo corneal y cristaliniano (biastigmatismo).

En 1887, el alemán Adolf Eugen Fick, tras experimentar en ojos de conejo y de cadáver, toma moldes del ojo humano y produce lentes de contacto escleral (kontaktbrille), recomendándolas para corregir el astigmatismo irregular.

En 1890, el sueco Gullstrand establece los principios básicos del astigmatismo en su tesis Contribución a la teoría del astigmatismo, recibiendo ese mismo año el Nobel de Medicina. Desarrolla lentes asféricas para corregir el astigmatismo por incidencia oblicua. Contribuye al conocimiento de la estructura y función de la córnea determinando que la potencia total del ojo es de 43 D (suma del poder de la superficie anterior = 49 D, y la posterior = –6 D).

En 1908, el danés Tscherning perfecciona la lente periscópica "ortoscopica" que permite eliminar casi completamente el astigmatismo de incidencia oblicua evitando la distorsión periférica de la visión.

martes, 4 de mayo de 2010

RAMÓN CASTROVIEJO

El Doctor Ramón Castroviejo Briones fue un conocido oftalmólogo español, célebre por sus avances en el trasplante de córnea, tanto por la técnica como por el instrumental empleado.

Hijo de Ramón Castroviejo Novajas, natural de Sorzano, quien fuera uno de los médicos más populares de Logroño, oculista del Hospital Provincial en los años 30. Cursó sus estudios en el Colegio de los Hermanos Maristas, doctorándose en medicina en la Universidad San Carlos de Madrid. Después de 4 años trabajando en la capital de España se trasladó a Chicago con una beca (tras obtener su doctorado), donde primero trabajó como profesor, para posteriormente abrir su propia clínica. Más tarde trabajó en la prestigiosa Clínica Mayo.


En 1936 se nacionaliza estadounidense. Para entonces ya trabajaba en la Universidad de Columbia, donde permaneció hasta 1952. Ese mismo año fue nombrado catedrático de la Universidad de Nueva York, donde permaneció hasta su jubilación, en 1975. En 1973 había sido nombrado miembro de la Real Academia Española de Medicina y en 1981 fue nombrado doctor Honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid: también ha recibido esta distinción por parte de las universidades de Salamanca, Santo Domingo (República Dominicana), Río Grande do Sul (Brasil), San Marcos de Lima, y Universidad del Este en Manila.

Ramón Castroviejo se hizo mundialmente famoso por sus operaciones de trasplante de córnea, para las que creó nuevas técnicas operatorias y perfeccionó el instrumental quirúrgico. Fue propulsor en España de la creación de "bancos de ojos", con el objetivo de disponer de suficientes retinas para los trasplantes e hizo campañas sobre la importancia de las donaciones de córnea con el objetivo de facilitar los trasplantes a enfermos afectados de problemas de visión. 


Sus contribuciones en este campo, el de los trasplantes, le dieron fama universal. Además, es miembro de honor de las sociedades oftalmológicas de Argentina, Brasil, Cuba, India, Israel, México, y diversas sociedades norteamericanas (Minnessota, Texas).

Su labor en el campo oftalmológico ha sido reconocido mediante numerosos premios, entre los que se encuentran la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz del Mérito Militar, la Gran Cruz de Sanidad Civil, la Gran Cruz de la Orden del Sol de Perú y la Gran Cruz de Núñez de Balboa de Panamá.


Sus escritos incluyen un Atlas de queratectomías y queratoplastias (1964) y más de doscientos artículos en revistas científicas.
               
Antes de fallecer donó en vida sus ojos. Haciendo acto de la importancia que relegaba en ello. Y tras su muerte, el Ayuntamiento de Logroño le erigió un busto localizado en los jardines frente al Instituto Sagasta. De hecho, hoy día tenemos incluso una calle en nuestra ciudad dedicada a este ilustre oftalmólogo.


 (Ojo al que se transplantó la córnea del Dr. Castroviejo (2-1-87) un año después de la intervención.)

jueves, 22 de abril de 2010

¡Monóculo!

Un monóculo es un tipo de lente correctiva usada para ajustar la visión en un solo ojo, que consiste en una luneta circular con aumento. En muchos casos está enmarcada en un anillo de alambre que posee una cadenilla o cordón que se sujeta a la ropa para evitar su pérdida. Los monóculos no eran incómodos como a veces se cree; adaptados en forma conveniente, se usaban sin esfuerzo. Por ello, las clases adineradas usaban monóculos hechos a medida y que necesitaban de ajustes a lo largo de su vida útil. La opinión popular era (y sigue siendo) que un monóculo podía caerse fácilmente con una expresión facial inesperada. Ello fue sumamente explotado en las comedias: el elegante caballero que se asusta o asombra y su monóculo que cae al suelo o dentro de su copa.
 

El monóculo estuvo generalmente asociado a hombres ricos pertenecientes a la clase alta. Combinado con un frac y un sombrero de copa, completaba el traje del estereotipo del capitalista de fines del siglo XIX. Además, estuvieron asociados a los militares alemanes de ese periodo hasta la Primera Guerra Mundial.

Este elemento se convirtió en un artículo incorporado al vestuario masculino entrado el siglo XIX. Su precursor inmediato fue el quizzing-glass de los dandis de la década de 1790, el cual poseía una montura con mango -generalmente ornada- y se sujetaba frente al ojo a modo de lupa o como los pequeños prismáticos para teatro.

Hay tres estilos de monóculo

  • El primero consiste en un simple anillo de metal con una lente que se ajusta a la órbita del ojo. Este fue el monóculo usado en Inglaterra a partir de la década de 1830.
  • El segundo estilo, desarrollado en la década de 1890, fue aún más elaborado. En este caso, el marco poseía una extensión llamada galería, la cual, al alejar la lente del ojo, ayudaba a que las pestañas no pudieran rozarlo. Este tipo de monóculo en ocasiones se hacía a la medida del ojo, por lo cual era bastante costoso.
  • El tercer estilo de monóculo es sin marco. Fue diseñado como una pieza de cristal con un borde serrado para proporcionar una buena sujeción. A veces se le agregaba una perforación en uno de sus lados para pasar un cordón, aunque en general, la mayoría de los monóculos de este tipo se usaban sin ningún sostén. Este estilo fue popular en los comienzos del Siglo XX, porque podían ser cortados para ajustarse a cualquier forma de órbita del ojo de forma barata, sin el costo de un marco adaptado.
Los monóculos tuvieron su apogeo a finales del siglo XIX y desaparecieron en gran parte a los avances en optometría, los cuales permitieron una mayor medida del error de refracción; por lo que las lentes y lentes de contacto pueden ser preescritas con diferentes graduaciones en cada ojo. También fue debido a una reacción contra los estereotipos que llegaban a asociarse con ellos.

Entre las figuras más destacadas que usaron monóculos se encuentran muchos oficiales alemanes –algunos participantes en las dos guerras mundiales- tales como Erich Ludendorff, Walter von Reichenau, Hans von Seeckt o Hugo Sperrle; políticos británicos: Joseph Chamberlain, su hijo Austen Chamberlain y Henry Chaplin; el poeta Lord Tennyson, también el nacionalista musulmán Mohammad Ali Jinnah. El enemigo de Batman: El Pingüino, el Coronel Klink (personaje de la sitcom Hogan’s Heroes) interpretado por el actor Werner Klemperer; la mayoría de las encarnaciones del Coronel Moustard del juego Cluedo/Clue, Forte Stollen del animé Galaxy Angel, y el personaje Cho Hakkai del animé Saiyuki. Amelia Bones observa a Harry Potter a través de un monóculo en Harry Potter y la Orden del Fénix.


lunes, 19 de abril de 2010

GEORG BARTISCH

Nació en 1535 en Königsbrück, un pequeño pueblo cercano a Dresde (Alemania) en el seno de una familia pobre.

Aunque su interés por la medicina fue temprana, su condición económica le impidió tener una formación académica. Así comenzó a formarse como aprendiz de experimentados cirujanos barberos a los 13 años.

Más tarde, como cirujano itinerante viajó por varias ciudades a lo largo de Sajonia, Silesia y Bohemia, tratando a los pacientes en el mercado, costumbre de la época. Finalmente se afincó en Dresde, donde con los años fue creciendo su reputación como oculista de prestigio.

Considerado un profesional muy cualificado de la medicina y la cirugía ocular, en 1588, con 53 años, es nombrado oculista de la corte del Duque Augusto I de Sajonia (una posición importante para alguien que había comenzado como un cirujano barbero analfabeto), y continuó trabajando en Dresde hasta su muerte en 1607.

En sus años de médico, Bartisch adquirió amplios conocimientos médicos basados en la experiencia y la observación, como demuestra su familiarización con la medicina antigua (especialmente con las obras de Galeno) y su erudición en humanidades. Todo esto lo refleja en su obra “Ophthalmodouleia. Das ist Augendienst”, impresa por Matthes Stockel de Dresde en 1583.

Ophthalmodouleia es un manual para cirujanos, una guía para profanos, y autopromoción para Bartisch, que se encargó del coste de su impresión. Este libro se organiza en 16 secciones en las que se trata de forma sistemática la descripción del trastorno, una discusión de la enfermedad, una lista de recetas (hay más de 6000) a base de plantas, y el abordaje quirúrgico. Contiene más de 90 ilustraciones a toda página de grabados en madera ejecutados por Hans Hewamaul a partir de las acuarelas del propio Bartisch, algunas de las cuales muestran las partes del ojo en varias capas, tal como se ven en la disección. Este es uno de los primeros usos de capas movibles para ilustrar un libro de medicina. Es curioso que el capítulo 13 está dedicado a los males causados por "la magia, la brujería, los monstruos y el trabajo del diablo". Bartisch, al igual que todos en la época, creía que la magia jugaba un papel importante en las enfermedades del ojo e incluso aplicó el misticismo a la medicina, por ejemplo, recetaba amuletos a sus pacientes para contrarrestar los efectos de lo supernatural.


Esta obra es importantísima por diversos aspectos: es el primer texto de oftalmología escrito en alemán vernáculo (en vez de griego y latín); es el primer manuscrito renacentista sobre enfermedades oculares y cirugía oftalmológica; es el primer atlas oftalmológico que representa a toda página las enfermedades de los ojos, y la metodología e instrumentación quirúrgica; es uno de los mejores libros ilustrados del siglo XVI, etc. En definitiva, es la primera obra moderna sobre cirugía ocular y documenta el momento en que la oftalmología se convirtió en una disciplina independiente dentro de las ciencias médicas. Por ello que se considera a Bartisch el padre de la oftalmología moderna.

Dentro de la oftalmología, aparte de su obra, Bartisch es famoso por ser el primer cirujano en eliminar un ojo completo de un paciente con cáncer de ojo (más concretamente el globo ocular completo y el contenido de la órbita), operación que realizó usando una cuchara en forma de cuchillo que él mismo creó.

También identificó siete tipos de cataratas según su color (blanca, gris, azul, verde, amarillo, negro, y anterior). Trataba la mayoría de ellas haciendo una incisión cerca de la pupila y cortando la catarata con un cuchillo (couching).

Pero Bartisch no sólo destacó como médico, sino también como inventor de muchos instrumentos, quirúrgicos o no. Destacan unas mascaras para tratar el estrabismo, en que los agujeros para los ojos eran cortados para que los pacientes mirasen a traves de ellos y entrenasen asi los ojos en la posición adecuada.


domingo, 11 de abril de 2010

El Estrabismo

Se denomina estrabismo a la disposición viciosa de los ojos por la cual los dos ejes visuales no se dirigen a la vez a un mismo objeto.

La palabra proviene de: strab- στραβός gr. "bizco" + -ismos gr. "proceso patológico", y fue introducida pos Galeno en el siglo II d.C y, posteriormente, fue reintroducida en Francia en 1660 como strabisme.

A pesar de considerarse un trastorno, el estrabismo hoy día se tacha como signo de baja belleza. Pero esto no ha ocurrido en todas las épocas y momentos históricos. Un buen ejemplo de ello fue la cultura Maya, cuyo concepto de belleza era muy diferente al que conocemos ahora. Los mayas consideraban el estrabismo como una cualidad de suma belleza, y desde la infancia, solían hacer lo que fuera necesario para provocar esta condición artificialmente, si ésta no aparecía de manera natural.

Ya en 1861, se comenzó a estudiar a fondo está condición patológica. De la mano de Franz Cornelius Donders (1818-1898), se establecieron las relaciones entre el estrabismo y los defectos de refracción. Además se demostró que la hipermetropía desarrolla el estrabismo convergente, en virtud de la relación que une la acomodación y la convergencia. Esta teoría fue compartida por Parinaud, quien explicaba el estrabismo como un vicio de desarrollo del aparato de la visón binocular que impedía la convergencia correcta de los ojos sobre el objeto fijado.

El padecer estrabismo impide a la persona fijar la mirada de ambos ojos al mismo punto del espacio, lo que ocasiona una visión binocular incorrecta que puede afectar adversamente a la percepción de la profundidad. Cuando el estrabismo es congénito o se desarrolla durante la infancia, puede causar ambliopía, dolencia en la cual el cerebro ignora la visión del ojo desviado aunque éste sea capaz de ver con normalidad.

Según cuál sea el trastorno de la visión, el estrabismo puede adoptar varias formas. 
  • Si el o los ojos afectados siempre manifiestan una incapacidad para coordinar movimientos correctamente, la patología se conoce con el nombre de estrabismo constante.
  • Si los problemas solo se presentan ocasionalmente, se denomina al trastorno como intermitente.
A su vez, se clasifica en dos tipos más:
  • Estrabismo convergente es aquel en el que se produce una desviación del ojo hacia adentro.
  • Estrabismo divergente es aquel en el que se produce una desviación del ojo hacia fuera, hacia arriba o hacia abajo.

viernes, 9 de abril de 2010

¡Gafas!

La invención de las gafas está íntimamente ligada al descubrimiento y evolución de las lentes, por lo que en este artículo es imprescindible hacer una mención a éstas. Así, la lente más antigua datada es la lente de Nimrud, de la antigua Asiria, que cuenta con más de 3.000 años. No se conoce con exactitud cual era su fin, pero se cree que se usaba como lupa, o para encender fuego.

Lo cierto es que el origen de las gafas resulta bastante oscuro. Algunos investigadores afirman que se crearon poco después de la traducción al latín en el siglo XII del libro “Tesoros de la óptica” del matemático árabe Ibn al-Haytham (o Alhazen). Este libro contenía la primera prueba histórica de un dispositivo de aumento, una lente convexa formando una imagen aumentada. Algunos incluso creen que Alhazen llego a construir lentes planas y biconvexas, hecho que no se ha demostrado, aunque se le considera el precursor del invento de las gafas.

Por otra parte, según la experiencia narrada por Marco Polo en la corte de Kublai Khan, es posible que los chinos ya usaran lentes de aumento colocadas en monturas en el siglo X, atribuyéndose al carcelero chino Che Hang la invención de los Ai-Ti o lentes de cristal de roca. Sin embargo, otros autores sostienen que las primeras lentes halladas en China (1368) durante la dinastía Ming fueron introducidas por los europeos, y que en Japón fue mas concretamente San Francisco Javier su precursor.

Con toda esta confusión, lo que sí parece claro es que fue el monje franciscano y filósofo inglés Roger Bacon el primero en afirmar en su obra “Opus Majus” (1267) que el uso de lentes mejoraba la visión: “Si cualquiera examina letras u otros objetos pequeños a través de un medio de cristal o vidrio u otra sustancia transparente, si éste tiene la forma del segmento pequeño de una esfera con su lado convexo dirigido hacia el ojo, el ojo estando en el aire verá las letras mucho mejor y le parecerán aún más grandes”. Si bien las lentes convexas existían desde la Antigüedad, Bacon hizo la primera descripción del uso de lentes para corregir ametropías (la presbicia), y podemos suponer que fue el inventor de las gafas, aunque no sabemos si llevó a la práctica sus ideas.

Es muy probable que las gafas se usaran por primera vez en Italia hacia 1280. Se cree que su inventor fue un maestro vidriero de Pisa, existiendo dos candidatos a este título: Alessandro Della Spina y Salvino Degli Armati, ambos contemporáneos y de la misma edad. El primero era un monje franciscano a quien los archivos de Santa Catalina de Pisa le atribuyen este invento. El segundo era un físico óptico que mejoró su propia visión tras sus experimentos orientados a la fabricación del vidrio y la refracción de la luz.

A pesar de todas estas imprecisiones, existe la certeza de que las gafas se inventaron a finales del siglo XIII, como demuestran numerosas manifestaciones escritas y pictóricas de la época. En 1289, el escritor italiano Sandro di Popozo afirma en su obra “Tratado sobre la conducta de la familia” que las gafas “han sido inventadas recientemente en beneficio de los pobres ancianos cuya visión se ha debilitado” (entre los que se encuentra él). En Florencia, en 1299, se menciona el uso de las gafas como remedio para mejorar la vista en el libro “Liliban Medicinae”. En 1306, el fraile italiano Giordano di Rivalto afirma en un sermón realizado en Florencia que “todavía no hace veinte años desde que se descubrió el arte de fabricar cristales para los ojos, una de las mejores artes y de las más necesarias que haya en el mundo”. En la iglesia de San Nicolás de Trevisa encontramos el retrato del cardenal Hughes de Provence realizado por Tomaso da Modena en 1352. En 1480 Domenico Ghirlandaio pintó el cuadro de San Jerónimo, convertido posteriormente en el patrono de los constructores de lentes.



Estas primeras gafas tenían lentes convexas y estaban destinadas a personas ancianas con presbicia. En este momento las lentes no se fabricaban a medida puesto que no existían métodos para medir la visión del ojo, sino que cada persona se probaba varias en el taller del artesano y elegía la que mejor le iba. Las gafas estaban hechas por un par de aros de hierro, cuero, plomo, cobre o madera, unidos por un remache. Pero resultaba difícil mantenerlas en su sitio, puesto que las patillas rígidas no se inventaron hasta 1727, por el óptico londinense Edward Scarlett.



A mediados del siglo XIV los italianos comenzaron a llamar a las lentes “lenticchie” (lentejas) por la semejanza de la forma de los cristales con estas legumbres, por tanto éste es el origen etimológico de los actuales término “lente” y “lentilla”.

Las lentes cóncavas aparecieron un siglo más tarde (siglo XV) cuando en 1451 el alemán Nicolás de Cusa propuso el uso de unas lentes más delgadas en el centro que en los bordes para poder ver de lejos, es decir, para tratar la miopía. El primer retrato donde aparecen unas gafas cóncavas correctoras es el realizado por Rafael en 1517 del Papa León X.

La aparición de la imprenta en el siglo XV, y el aumento del hábito lector, supuso que las gafas pasaran de ser un lujo a una necesidad. Se crearon entonces los primeros talleres para crearlas, ubicándose en Venecia, Haarlem y Nuremberg. A Venecia hace referencia la primera mención de la existencia de fabricantes de anteojos en 1300, pero sería en Nuremberg donde se fundaría el primer gremio de maestros fabricantes de lentes óptico en 1438. La demanda era tal, que en 1629 se concedieron en Inglaterra derechos a una corporación de fabricantes de gafas.

Las primeras gafas con lentes bifocales fueron creadas hacia 1760 (aunque su uso no se generalizaría hasta 1820) por instrucciones del norteamericano Benjamin Franklin, pues en sus innumerables viajes quería levantar la vista del libro que estaba leyendo para disfrutar del paisaje. También parece ser que existe una patente para lentes bifocales extendida en 1783 a nombre de Anderson Smith.

A finales del siglo XIX se generalizó el uso de lentes para corregir el astigmatismo. Fue el astrónomo Riddellairy quien midió su propio astigmatismo y le encargó al óptico Fuller que le confeccionara unas lentes cilíndricas. Por estas mismas fechas, el óptico Romano Suspici fabricó las primeras lentes tóricas.

Respecto a los materiales utilizados en su fabricación, han variado con el tiempo. Las primeras gafas estaban talladas en berilio, en cuarzo, agua marina, etc. Pero cuando aumentó la demanda fue necesario crear vidrio óptico, destacando en esta tarea Venecia y Nuremberg. Posteriormente el vidrio óptico fue perfeccionado en 1855 por Ernest Abbe y Otto Schott, hasta llegar a los “crown glass” y “flint glass”. Pero la fragilidad del vidrio provocó que se siguiera investigando en este campo, de forma que en 1887 Adolp Eugen Fick creó las primeras lentes de contacto sin vidrio (este aspecto se amplia en el post de las lentillas), y en 1948 Kevin Tuohy desarrolló las lentes de plástico, menos pesada y mucho más seguras.

La invención de las gafas de sol también es muy antigua, pero esa es otra historia...

martes, 23 de marzo de 2010

Las Cataratas


La catarata es una patología oftalmológica consistente en la opacificación parcial o total del cristalino, lo cual impide el paso de los rayos luminosos provocando la pérdida de visión.

El origen etimológico del término “catarata” se remonta a la Antigüedad. En Grecia se utilizaban dos términos para designarlas:

  • Hypókhyma (“flujo que desciende”), pues para la medicina antigua las cataratas las causaban unos flujos espesos que oscurecían el cristalino, de forma que a mayor flujo mayor opacidad. Este término, propio de médicos, se tradujo al latín como suffūsiōn.
  • Katarráktēs (“lo que se precipita desde arriba”) posee dos significados básicos: “cascada” y “rastrillo de puerta fortificada”. En el latín cataractēs se conservan esos usos y se añaden otros: “verja” y “celosía”. Esta interpretación de las cataratas como verjas es la más aceptada, pues así lo confirman algunos autores: Leoncio, autor eclesiástico del s. V-VI o Gregorio de Tours en el s. VI. La catarata era algo que obstruía, tapaba, impidiendo ver con claridad; era una celosía más o menos tupida.
Por tanto, aunque algunos autores sostienen que el término “cataratas” no se concibió en su uso oftalmológico hasta el Medievo (por ejemplo, Marcovecchio afirma que fue Constantino el Africano el primero en usarlo en este sentido en el s. XI), como hemos visto ya en los siglos V-VI se entendía el mismo como “opacidad del cristalino”, valor con que continuó hasta la época medieval.

Aunque la cirugía de las cataratas no se perfeccionó hasta el siglo XIX, lo cierto es que tiene unos 4.000 años de historia. Ya en la Edad de Bronce (2.000 años a. C.) se usaban instrumentos de este metal para operar las cataratas, aunque los resultados fueron muy pobres. En el Código de Hammurabi, en la antigua Mesopotamia, el cirujano recibía una buena paga si tenía éxito en estas operaciones, y era duramente castigado en el caso contrario.

Siendo una de las principales causas de ceguera, no es raro que los médicos de diversas épocas le hayan dedicado atención. Así, en la historia de la cirugía de las cataratas podemos identificar 4 grandes periodos en virtud de las técnicas utilizadas:

  • Reclinación o couching: se practicaba desde varios siglos antes de Cristo, apareciendo descrita por primera vez en el siglo 6 a. C. en el libro Uttara Tantra de Sushruta, un cirujano indio considerado el fundador de la medicina hindú que dice “...el cirujano incide el globo ocular con una lanceta envuelta en un paño... si el paciente reconoce formas, la lanceta es retirada lentamente y se coloca manteca derretida sobre el ojo...”. En el mundo romano la primera referencia la encontramos con Celso en el año 25 d. C., que escribe “con el punzón debe llevarse la aguja a la catarata y, girándola, lentamente, desplazar la catarata hasta la parte inferior de la pupila”. El fundamento de esta cirugía está en que se consideraba al cristalino el órgano central de la visión, y como tal no podía extraerse. Además, se entendía que las cataratas eran una membrana creada delante del cristalino por coagulación del “humor” vítreo. De forma breve, en esta operación, que se realizaba a lo más con una especie de anestesia a base de opio, el cirujano desinsertaba las fibras de la zónula con una aguja de couching hasta que el cristalino quedaba reclinado, a través de una esclerotomía realizada "en un punto medio entre lo negro del ojo y el ángulo externo". Esta técnica se ha usado hasta el siglo XVIII principalmente, pero incluso hoy es empleada por cirujanos de oriente.
  • Cirugía extracapsular: los avances en la anatomía del ojo de autores como Vesalio o Kepler; y el esclarecimiento del papel jugado por el cristalino y la retina en la visión gracias al microscopio, fueron fundamentales para que Jacques Daviel hiciera el primer abordaje de la medicina moderna a este problema. En 1747, por primera vez, Daviel “incidió el limbo en su parte inferior en 180° con un querátomo y tijeras, hizo una capsulotomía anterior y extrajo la catarata presionando sobre el globo ocular”. Tras su éxito, surgieron distintas modalidades de esta técnica: Pamard de Avignon incidió el limbo superior; Himly aplicó la midriasis farmacológica y Mooren de Düsseldorf agregó una iridectomía para evitar el bloqueo pupilar.
  • Cirugía intracapsular: el método de Daviel no funcionaba bien para extraer cataratas no maduras, e implicaba complicaciones como la pérdida vítrea. Así que varios autores, como Samuel Sharp o Henry Smith, desarrollaron a inicios del siglo XIX esta técnica en que se extraía “in toto” el cristalino. La extracción se realizaba con distintos instrumentos, como forceps, aspiradores, crioextractores, zonulólisis, etc. La cirugía intracapsular se mantuvo en auge desde su aparición hasta casi finales del siglo XX, si bien aún se sigue usando hoy en regiones de extrema pobreza como el sudeste de África. En España, es importante el papel desempeñado por Barraquer, que en 1917 realizó este tipo de cirugía usando como instrumento el cuchillo de Grez.
  • Lentes intraoculares: aunque la idea de reemplazar el cristalino por una lente es antigua, no se hizo realidad hasta la segunda mitad del siglo XX. Pero para poder colocar las lentes era necesario un retorno a la cirugía extracapsular, además de requerirse ciertas innovaciones (como la viscoelástica) para que, finalmente, en 1949 Harold Ridley colocara con “éxito” un lente intraocular en cámara posterior tras el procedimiento de Daviel. En 1967, Charles Kelman introduciría la técnica de facoemulsificación, con un aparato que producía la fragmentación ultrasónica del núcleo del cristalino mediante una incisión más pequeña que la usada con la técnica de Daviel. Esto permitió una mayor seguridad en la cirugía y una rehabilitación más rápida. De hecho, hoy en día, la facoemulsificación es la mejor opción para el tratamiento de la mayor parte de cataratas.
Para informarse acerca de la operación de cataratas en la actualidad, recomiendo dirigirse al siguiente blog.
 

lunes, 22 de marzo de 2010

DAVID HUBEL

Hubel nació en Windsor Canadá en 1926. En 1929, su familia se mudó a Montreal, donde pasó sus años de formación. Estudió matemáticas y física en la Universidad McGill en Montreal y posteriormente se doctora en Medicina en 1951. Trabaja inicialmente en el Instituto de Neurología de Montreal y después en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore como residente de Neurología. En 1953 se nacionalizó como estadounidense. En 1960 se incorpora en el Departamento de Neurofisiología de la Universidad Harvard. Allí comenzó la investigación sobre la corteza visual primaria e investigó con gatos. Obtiene el Premio Nobel de Fisiología en 1981 compartido con Torsten Nils Wiesel y Roger Wolcott Sperry, por sus trabajos sobre la fisiología de la corteza cerebral, específicamente aquella parte del cerebro que se relaciona con la visión. Sperry recibió el premio por demostrar que los hemisferios cerebrales controlan funciones especializadas.

Los experimentos de Hubel y Wiesel han ampliado considerablemente el conocimiento científico de procesamiento sensorial. En un experimento, realizado en 1959, se insertó un microelectrodo en la corteza visual primaria de un gato anestesiado. A continuación, se proyectaron patrones de luz y oscuridad en una pantalla delante del gato. Se encontró que algunas neuronas se activaron rápidamente cuando se presentan estos estímulos mientras que otras, a su vez, respondieron de manera diferente a los patrones de luz que a los patrones de oscuridad. Hubel y Wiesel llamaron a estas neuronas "células simples". Sin embargo, existía otro grupo de neuronas, que se denominaron "células complejas", cuyas respuestas eran idénticas a los patrones de luz y oscuridad. Estos estudios demostraron cómo el sistema visual construye representaciones complejas de la información visual sobre las características del estímulo.

En sus experimentos, al privar a los gatos del uso de un ojo, demostraron que las columnas de la corteza visual primaria que reciben contribuciones del otro ojo se hacían cargo de las áreas que normalmente reciben información del ojo privado. Esto tiene implicaciones importantes para la comprensión de la ambliopía por privación, un tipo de pérdida visual debido a la privación visual unilateral durante el llamado "período crítico". Estos gatitos tampoco desarrollaron las zonas que reciben las aportaciones de los dos ojos, una característica necesaria para la visión binocular. Los experimentos de Hubel y Wiesel mostraron que la dominancia ocular se desarrolla de manera irreversible en el desarrollo infantil temprano (así como ocurre con otros aspectos del desarrollo humano).

Hubel y Wiesel recibieron el Premio Nobel por dos contribuciones importantes: 1) Por su trabajo en el desarrollo del sistema visual, que implicó una descripción de las columnas de dominancia ocular en los años 1960 y 1970 y 2) Porque gracias a su trabajo se crea la Fundación para la neurofisiología visual, describiendo cómo las señales del ojo son procesadas por el cerebro para generar detectores de bordes, detectores de movimiento, detectores de profundidad estereoscópica, detectores de color y bloques de construcción de la escena visual.

Estos estudios abrieron la puerta para la comprensión y el tratamiento de las cataratas infantiles y estrabismo. Asimismo, fueron importantes en el estudio de plasticidad cortical. Además, la comprensión de los procesos sensoriales en los animales sirvió como inspiración para el descriptor SIFT (Lowe, 1999), que es una característica de locales utilizados en la visión por ordenador para tareas como el reconocimiento de objetos.